Ozzy Osbourne en Ecuador

Cuando me entere que un grande del heavy vendría al país, no lo creí. Después de buscar información y cerciorarme, ví que el concierto sería el 14 de abril, en el Coliseo Rumiñahui, compré la entrada para la localidad general. Planifiqué el viaje y por ese lado todo bien.

Ya en Quito, solo tocó esperar hasta la hora del concierto (20:30), pero como en todo evento de esta magnitud siempre debes ir un poco mas temprano para alcanzar un buen puesto. Llegue al lugar cerca de las 5:30 pm, los alrededores del coliseo estaban repletos de sujetos con camisetas negras de todas las edades, vendedores ambulantes y uno que otro policía, la fila para ingresar era enorme, pero que más tocaba, esperar.

Una vez adentro, y ya en la hora, abriría el concierto Anima Inside, tuvieron una buena puesta escénica, sin embargo la gente quería una cosa, Ozzy Osbourne.

Por fin, en cuanto suena el  riff the Bark at the moon, todo el lugar se vuelve una completa locura, después de esto vino un tema de su nuevo disco, seguido por dos temazos Mr. Crowley y I Don’t Know.  

El concierto se volvía cada vez más interesante, era el turno de escuchar los clásicos de Black Sabbath, Ozzy se manda Fairies Wear Boots, una  vez mas la respuesta del público es excelente. Dos temas después, y sonarían las sirenas de War Pigs, casi se me sale el corazón al escuchar este tema.

El guitarrista Gus G  se robó el show al interpretar el Chullita Quiteño, Tommy Clufetos, el  baterista  tampoco se quedó atrás, se mandó un solo, el cual lo iría alternando con la canción Rat Salad, la cual nunca espere escuchar. Una vez que terminaron los solos, suena el bombo que da inicio al cuarto clásico de la era Black Sabbath, Iron Man.

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Todo el coliseo estalló, cuando sonó Crazy Train, otro excelente tema, una vez que se terminó esta canción Ozzy se despidió, pero eso era solo el amague, la respuesta del público fue  inmediata, empezaron a corear su nombre, el maestro del heavy salió una vez mas para dar el encore.

Después de terminar Mama I’m Coming Home, llegó el momento que todos estábamos esperando, el clímax del concierto, era momento de escuchar un himno del heavy metal, Paranoid, todos coreamos la canción a viva voz, en mi caso la grité, fue demasiado bacán, poder ver a una leyenda viviente, interpretar un clásico. Al terminar el concierto Ozzy agradeció a todo el público por la excelente respuesta, minutos después se despidió y dejó el escenario.

Ya saliendo del lugar me encontré con mi pana del colegio Alvaro, fue la segunda vez que coincidíamos en un concierto, la primera fue allá en el 2009, cuando vino Iron Maiden.

Después de tanto tiempo de haber esperado este día, finalmente se dio, sin embargo si pudiera ver a Black Sabbath en vivo, sería algo a otro nivel, pero por ahora estoy mas que satisfecho.